- Silencio y Metamorfosis -
TÍTULO
Silencio y Metamorfosis
FECHA
03 FEB – 17 OCT 2023
LUGAR
CDAN
Centro de Arte y Naturaleza
Fundación Beulas
Encontramos las pequeñas obras de la naturaleza cuando
caminamos en silencio.
Tenemos que acercarnos para poder conocerlas.
Conforme nos vamos adentrando en el camino y el tiempo pasa,
el oro (la luz mineral) actúa sobre ellas.
Aunque siguen siendo frágiles y hermosas en su imperfección,
se iluminan, se reparan o se convierten en joyas.
Sucede la metamorfosis.
Marta Sánchez Marco
Zaragoza, enero de 2023
La Serie imperfecta de las plantas aragonesas espontáneas, de 1866-1867, de los reconocidos botánicos Francisco Loscos Bernal y José Pardo Sastrón, es un tratado en el que se consignaron las 2624 especies encontradas hasta entonces en esta región. Mi obra Herbario imperfecto, un conjunto de piezas que forman parte del proyecto Silencio y metamorfosis, es un homenaje a este importante tratado sobre plantas aragonesas. Esta exposición es un paisaje en formato instalación constituido por un conjunto de ejemplares de botánica, piezas de joyería y porcelana, obras fotográficas y dibujos.
En primer término presento un paisaje de ejemplares botánicos recogidos en la ciudad de Zaragoza, principalmente de la ribera del Ebro, así como en el jardín del CDAN, en Huesca, y en algunos viajes. Ejemplares que pueden encontrarse al buscar su nombre científico en el citado libro y que constituyen una muestra incompleta e imperfecta de plantas recogidas desde 2017 y debidamente identificadas, localizadas y datadas en las piezas. Además del paisaje vegetal instalado en la sala, sentimos la presencia de algunas aves, que habitan el diverso ecosistema de nuestras ciudades. Con el protagonismo del mirlo a través de una grabación sonora de su canto de madrugada, los gorriones dibujados se disponen principalmente en el espacio superior, mientras que los vegetales, que brotan de la tierra, se encuentran en las partes media e inferior.
En el contexto de este paisaje se ponen de relieve diversos problemas de carácter ecológico. Algunos de ellos surgen en los ecosistemas de Aragón y se representan por medio de hojas en proceso de deterioro, estropeadas por el paso del tiempo o afectadas por enfermedades o plagas. Así, nos encontramos con los casos concretos de la grafiosis en el olmo, el cribado en el olivo y los insectos que se comen las hojas de lúpulo, entre otros.
Se muestran ejemplares prensados incompletos o imperfectos de plantas o flores que componen este Herbario imperfecto, producto de vicisitudes, del paso del tiempo, de la vida misma. El mundo animal halla su lugar en este paisaje frágil. Se representa a través de los gorriones, aves cuya existencia en el entorno urbano se halla amenazada, o la mariposa blanca de la col, abundante en nuestros ecosistemas, que supone una plaga capaz de dañar los cultivos. La secuencia del Herbario imperfecto se extiende a lo largo de toda la sala hasta el siguiente ámbito, marcando el trayecto del paseo en la naturaleza desde lo encontrado hasta lo metamorfoseado.
La hoja, elemento protagonista, es una imagen arquetípica, una unidad básica del mundo vegetal que, aun pudiendo dividirse en elementos más simples, recuerda al ser humano por su estructura, sus ramificaciones, su dinámica interna. Lo mismo que un árbol o una planta, la hoja guarda una estructura clara o concreta, y a la vez diversa, en las diferentes especies de árboles. Además, ante nuestros ojos representa claramente las diferentes fases vitales a través de los procesos estacionales. Podemos decir que cada hoja tiene entidad propia.
En el siguiente ámbito, y en el contexto de este escenario, el oro se hace presente de diferentes maneras. En todo caso, como afirma Susana Blas Brunel en el texto que escribió para la galería Antonia Puyó (2022), «En este ritual, el oro aporta una carga estética y simbólica, pues al fundirse el metal con la sustancia natural de la hoja, unidos, emprenden una transformación química y espiritual».
En primer lugar, me inspiro en la centenaria técnica japonesa de reparación cerámica kintsugi, pero en este caso aplicando el oro sobre las heridas de las plantas y sugiriendo así un proceso de sanación, reparación o completación. Con esta conocida técnica reparo las cicatrices o las heridas causadas por diferentes factores, como son las mordeduras de los insectos, los hongos o el envejecimiento y el desgaste provocados por el paso del tiempo, todo lo cual constituye una metáfora de los vaivenes de la vida. Estas piezas se encuentran en proceso de sanación, ya que el oro no está íntegramente aplicado, y en algunos casos ni siquiera se usa. Esto enfatiza la propia reparación de las heridas, que requiere su tiempo. Además, intenta dotar de valor a las propias fracturas o imperfecciones, que pueden ser el comienzo de algo nuevo, de una nueva vida, destacando así su historia y su belleza imperfecta.
Es importante destacar que algunos de los ejemplares recogidos son plantas que podemos encontrar en la calle, hierbas comunes que en principio no provocarían un interés especial. Como referente pongo la obra Gran mata de hierba, de Alberto Durero, que parece hacernos reflexionar sobre el atractivo que pueden llegar a esconder esas simples hojas de hierba que vemos nacer en los surcos de las aceras, allí donde la naturaleza se asoma a los lugares que normalmente no atendemos.
En la parte final de la exposición hay hojas de laurel, olmo y almendro bañadas en el metal más precioso, hojas que al final de su vida se convierten en joyas, aspirando así a una (imposible) inmortalidad. Podríamos pensar en un relato en el que, mientras se pasea por la naturaleza, los diferentes elementos vegetales que están en proceso de deterioro se van convirtiendo en oro. Su vida en la tierra se termina pero, a través del oro, como «alma, espíritu, lo superior, lo más valioso, la inteligencia divina», perviven.
Finalmente, una multitud de semillas del fresno más antiguo de la finca de CDAN componen una obra clave realizada para la muestra. Este fresno es víctima de una enfermedad común en su especie que provoca que las ramas se sequen y se caigan, pero gracias a la propagación de sus semillas sabemos que la vida del árbol continúa, se metamorfosea.
En esta obra las semillas intervenidas con oro representan los árboles que nacerán. Asimismo, el oro simboliza el alimento que un gorrión da a su cría mientras otro ejemplar vuela a la búsqueda de ese preciado alimento, sin el cual no es posible la vida.
MARTA SÁNCHEZ MARCO
Texto del catálogo "Maravilla"
El contacto con entornos naturales ejerce un efecto positivo incuestionable sobre la psique humana: estimula los sentidos, calma la ansiedad, acompaña en el duelo… Multitud de estudios científicos afirman las bondades de los baños de bosque y paseos por el campo, los beneficios de los paisajes verdes y azules en nuestra salud mental. Pero más allá del efecto terapéutico de los espacios naturales, es indudable que ante estos existe además un deleite, una fascinación, una suerte de estado de éxtasis que ha sido también definida como asombro, estupefacción y devoción sublime (Darwin), conexión esencial (O. Sacks), sensación de amplitud (S. Stuart-Smith), o trance del naturalista (Edward. O. Wilson).
En esta exposición detenemos la mirada en la Maravilla, en los pequeños tesoros que provocan en nosotros un asombro placentero frente a las naturalezas mínimas, a las que podemos acercarnos, rozar con las manos, seguir con la mirada mientras aletean sus alas. Son plantas diminutas, insectos, aves, frutos, pero también árboles, ramas, hojas… que conspiran en una especie de sinfonía hipnótica para seducirnos y abstraernos de la (otra) realidad que nos rodea.
Tres artistas: Toya Legido, Juan Millás y Marta Sánchez Marco, cuya propuesta transita en torno a la capacidad de maravillarnos ante la belleza delicada de plantas, hojas, insectos… que nos traslada a la infancia, y a esa actitud innata de asombro y ensimismamiento frente a la naturaleza, presente sobre todo en la niñez. Mediante diversas disciplinas (fotografía, dibujo, instalación, escultura, grabado y joyería), así como variados presupuestos teóricos, nos invitan a un paseo entre lo soñado y lo consciente, lo frágil y lo permanente, el éxtasis y la calma.
En estos tiempos de crisis climática y alejamiento global de la naturaleza, en los que ya no es posible ignorar la conexión entre seres humanos y mundo natural, entre nuestra propia salud y la salud del planeta, quizás solo cambiar la dimensión de la mirada, empezar ralentizar la marcha y pararnos frente lo aparentemente intrascendente, sea el comienzo de una nueva conciencia medioambiental, que nos interpela no desde la culpa sino desde una escala íntima y esperanzadora en nuestra relación con la naturaleza más próxima.
Desde el artefacto artístico, esta exposición llama a vivir la naturaleza, a asomarnos a la maravilla del espectáculo botánico, entomológico y ornitológico que se despereza ante nuestros ojos cada día. Como afirma el filósofo francés Gilles A.Tiberghien, “un verdadero jardín está hecho a la imagen de aquel que lo ha soñado, es el resultado de una alquimia que transforma la naturaleza en espíritu y hace de ella un poema vegetal”.
elena del diego
Esta obra forma parte de la colección de CDAN (Centro de Arte y Naturaleza, Fundación Beulas). Una multitud de semillas del fresno más antiguo de la finca de CDAN componen una obra clave realizada para la muestra. Proyecté esta pieza cuando en noviembre de 2022 tuve la propuesta de participar en la exposición, con el deseo de hacer una obra vinculada a la finca del museo. Este fresno es víctima de una enfermedad común en su especie que provoca que las ramas se sequen y se caigan. En mis paseos por el jardín del museo y al ver las semillas dispersas alrededor de su tronco, reflexioné y pensé que gracias a su propagación y a pesar de la dolencia del árbol, la vida era posible, continuaba, con la dispersión de las mismas. Las semillas doradas simbolizan esta nueva vida que se genera, son las que evolucionarán hacia una nueva vida. Las demás, serán polvo de estrellas. Aunque la obra puede tener un significado diferente, este es el que se pretende. La realización de esta obra fue costosa y delicada, realizada con semillas secas seleccionadas y minuciosamente colocadas con alfileres de entomología y trabajando algunas de las mismas con pan de oro.
Asistencia técnica
Grabación de sonido de mirlo realizada por Marta Sánchez Marco en 2019 y editada en el laboratorio de sonido de Etopia gracias a la ayuda técnica de Nieves Arilla. ETOPIA Centro de Arte y Tecnología.
Preparación e instalación del audio original para su exposición en sala: David Rodríguez Gimeno.
Fotografía
Javier Broto Hernando
Enmarcación
Enmarcaciones MS31
Heredero de Crispín
Impresión fotográfica
Moosesbildwerk
Agradecimientos
Galería Antonia Puyó, Susana Blas, Julio Sánchez, David Rodríguez, Nieves Arilla, Obarra Nagore, Elena del Diego, Judit Artiaga, Yolanda Beisti, Maite Ibarreche, Rafael Navarro, Guillermo Rodríguez, Esther Sánchez, Moosesbildwerk, Gastón Rois, Heredero de Crispín, Teresa de la Cal, Jorge Rabadán, Cristina Marco
A mi madre, Rosa Marco